La madrugada de hoy, antes de acostarme a dormir y entrar al mundo de los sueños, la reflexión vino a mi mente y, por un momento, intenté no hacerle caso y dormir, pues yo estaba cansado, había sido un día de reuniones, juntas y compromisos, pero dado que mi mente no acallaba, pensé para mi ¿Acaso serán palabras de martes? Fue entonces cuando deje que mi reflexión diera vuelo y, junto con ella llegó la emoción y las lagrimas, de todo lo que venía a mi cabeza, recuerdos, alegrías, tristezas, momentos…
La tarde del lunes 15 de agosto, pude asistir a la ceremonia de ordenaciones sacerdotales de catorce nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis de Monterrey, entre ellos había algunos con quien simpatizo en sus ideas y, charlas amenas pero solo dos de ellos con quien guardo profunda y sincera amistad lograron en mi la perdida de sueño y el sinfín de pensamientos en la madrugada de hoy, tanto que se apropiaron de la reflexión que corresponde a “palabras de martes”.
Estos dos amigos entraron a la preparación y formación al sacerdocio en el seminario, su camino fue largo y algo trompicado, como cuando uno tropieza con una piedra y hace el esfuerzo por no llegar al suelo, de manera que el esfuerzo logra lo que se tiene por objetivo, en su camino al sacerdocio se les ha pedido renuncia, renuncia a otro estilo de vida que no sea el sacerdotal, renuncia a juicios personales y juzgar desde Jesucristo, por quien se consagraron; en fin todo esto lo han asumido bien, pues este es y será su camino, mismo que ellos se han forjado y ahora lo han abrazado.
Sin embargo aunque el camino fue largo y en ocasiones medio confuso por no saber si avanzar o no, siempre su paso fue constante y firme y cuando parecía que la meta se aproximaba y que con ello vendría la gloria de la carrera, se caminaba más lento evaluando siempre el resto del camino y avanzando ahora con más prudencia aunque sabían que la meta solo estaba a unos pasos.
Hay atletas que en las carreras tienen un paso uniforme y cuando saben que están en los últimos metros cierran la misma con paso apresurado, este esfuerzo le provoca cierto acelere y mayor cansancio, dejando una respiración más acelerada a la vez que dejan de evaluar todos los momentos de la meta final. Pero estos dos amigos míos, aguantaron el cansancio, la adversidad a un paso que dura y que al final se recompensa.
La perseverancia es la actitud de llegar a un final definido por sí mismo, pues aunque haya cosas en contra, siempre se busca vencerlas y alcanzar la cosas fijada, esto se convierte en un ante-logro que nos lleva a ya preparar la celebración alegre de concluir las cosas y superar las adversidades y así forjar una vida perseverante.
La perseverancia de mis dos amigos me llenó de emoción, de llanto que acabo en risa; llanto de saber lo que caminaron, lo que sufrieron (sufrí también junto con ellos), lo que aguantaron y, la risa por lo que lograron, por la felicidad que ellos alcanzaban. Las palabras de uno de ellos me enternecieron, pero la frase que me dirigía en el momento en que yo le felicitaba: “Te quiero un chorro” me hizo partícipe de su carrera, misma que estuve observando durante todo su recorrido y que ahora compartía la corona conmigo, casi diciéndome llegamos, vencimos, lo logramos; pues aunque es don inmerecido…, como lo dice él; yo agregaría…que Dios lo otorga a los que perseveran y le son fieles.
Perseverar es luchar, luchar es ganar y cuando se gana solo se puede compartir. Perseveremos.
(Bien mi Pardo, Bien mi Rodo)
Excelente Gera, muchas felicidades también a ti por todo el apoyo que le diste a nuestro hermano.
ResponderEliminarY la vid se fortalece, al pasito, es cierto, pero bendito el Señor que nos da 14 nuevos pastores para su grey que, si son tan entregados como alguien que yo conozco.......usted me comprende.....vamos por buen camino, pues decirle a Jesucristo: "sí, soy por entero tuyo, dispón de mí", no cualquiera, y gloria a Dios por los que así le han respondido, y oremos con devoción para que cada año sean más.
ResponderEliminarY felicidades a los 15!