martes, 2 de agosto de 2011

“…el séptimo día descansó”

A menudo se acerca gente a decirme que está, desesperada, que su vida no tiene sentido, que ya está harta de la situación en la que vive, que no hay tiempo para nada, que ya se ha cansado de su matrimonio, de su trabajo, de la rutina etc. Incluso algunas veces me dicen que quisieran quitarse la vida, en fin. En la mayoría de las veces puedo descubrir que es causa del arrutinamiento, de No darse el tiempo suficiente para descansar.
Hoy las “palabras de martes” fueron claras…
Mi cuñado apagando el celular que le registraba una llamada, en la sobremesa después de la comida en casa de mis padres, diciéndose a sí mismo “no es horario de oficina” mientras continuaba con la plática amena.
Mi padre diciéndome “mira arregle el barandal del parque” al tiempo que se sentaba sobre la mecedora fuera de la casa abriendo para sí una cerveza y soltando la herramienta.
Mi buen amigo diciéndome “habrá momentos de enfermedad o de situaciones en la vida que no podrás hacer más que la mitad o menos del trabajo que ahora realizas, por eso hay que dejar tiempo para disfrutar lo que eres y no solo lo que haces” en el momento que compartíamos un momento de relax con una nievecilla.
Si el mismo Dios nos dio el ejemplo del descanso en el séptimo día, por qué será que nosotros muchas veces no nos lo permitimos, por qué se siguen escuchando palabras como ¡A descansar en el panteón! o ¡Yo descanso haciendo adobes! Será acaso que no sabemos que el descanso también es actividad necesaria para nosotros.
La coffee (que es mi perra “labrador”) todo el día es inquieta, muerde cosas, corre de aquí para allá, ladra para pedir comida, rasca la puerta, me despierta por la ventana rasgando la tela mosquitera, y deja las cosas cuando le hablamos para jugar, pero hay algo que nunca deja de hacer cuando le hablamos y es descansar en la sombra.
“…el séptimo día descansó” es un verdadero regalo, es saber gozar de lo que hemos hecho es asimilar el camino recorrido es recargarse del los éxitos y reponerse de los fracasos. Hoy yo descansé.
                                             
                                                                                               (Mi buen Compi, descansa en paz)

1 comentario:

  1. la vida va muy deprisa, por eso no nos damos tiempo para descansar, queremos hacer todo para ayer... y efectivamente el que no descansa no es feliz, se pone de malas, de mal caracter...

    ya sea en fin d semana o en martes, como tu lo haces, o algun sabado descansando con los amigos viendo una pelicula o comiendo rico en un lugar tetrico ¡¡¡hay que descansar¡¡¡


    saludos Gera...

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