Cuando vivía la experiencia de la etapa de mi infancia, que creo que es de las mejores etapas que el hombre experimenta, solía sentarme frente al televisor a ver las caricaturas, mismas que me emocionaban y me hacían volar la imaginación hasta el punto de sentirme parte de la historia. Una de las caricaturas que más me gustaban eran las de los súper amigos y/o la liga de la justicia. En ocasiones me sentía Súperman que rescataba el planeta, en otras Batman que, se enfrentaba con los bandidos y ponía seguridad en Ciudad Gótica, en otras solía intentar ser Jefe apache que crecía y caminaba sobre los edificios (aunque yo solo lograba caminar sobre los sillones de la sala) siempre en busca de rescatar de forma muy pacifica a los desprotegidos.
Pero ese tiempo ha pasado y, los súper héroes de aquel entonces, dejaron de venir a mente y a mi imaginación, para solo convertirse en un recuerdo de mi infancia. Actualmente en los cines se han proyectado algunas películas que nos hablan de ellos, desde Los Vigilantes, Spiderman, X Men, hasta últimamente Linterna Verde entre otros. Todos ellos solo tienen un solo objetivo buscar establecer la Justicia.
Con acontecimientos como los que estamos experimentando recientemente en nuestra ciudad, en nuestro estado y nación; creo que necesitamos que necesitamos nuevamente de Súper Héroes, que busquen establecer la Justicia, Sin embargo sabemos que todos estos, con excepción de Batman tenían súper poderes que los hacían superiores a los demás. Hoy por hoy debemos sentirnos y ser súper héroes que busquen establecer la Paz y la Justicia, tomando buenas y acertadas decisiones.
Los que nos decimos católicos no podemos seguir caminando con una bandera que traicionamos constantemente, me refiero a la bandera de Cristo Vencedor de la muerte, Cristo que establece la vida para todos. Basta de culpar a unos cuantos del malestar que experimentamos, basta de culpar al gobierno, al presidente, a los soldados, al los políticos; Nosotros somos los responsables, nosotros que debemos ser los Héroes y no esperar a que otros los sean.
Es fácil criticar, es fácil apuntar con el dedo el delito ajeno, la omisión de bondad que hace el hermano, pero qué difícil nos es decirle no a la piratería, que fácil el no respetar los estacionamientos para personas con capacidad diferente y tercera edad, que difícil es negarse a la mordida, que fácil es el no respetar los señalamientos, que difícil se nos hace, acompañar a los niños en su tarea, que fácil el mejor gritarle al hijo pequeño en lugar de educarlo.
En la película de Spiderman, el Tío Ben le dice a Peter: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Nosotros tenemos el poder, nosotros podemos comenzar desde nosotros mismo y desde los pequeños. Con tristeza puedo decir que en muchas manifestaciones se señala el defecto pero a la hora de que los integrantes de la manifestación se les pide la señal de educación, de orden, sea en su casa, en el trafico de regreso a sus casas, de no a la piratería muchos hacen caso omiso de ello. Los Verdaderos Héroes, no son porque hicieron algo extraordinario, sino porque en lo ordinario vivieron de manera extraordinaria su responsabilidad. Ojala todos buscáramos llevar nuestras virtudes al heroísmo, en lo ordinario.
En lo que nos corresponde, solo así adquiere peso nuestra voz, nuestra opinión. Solo en lo ordinario, en nuestras propias responsabilidades podremos encontrar los héroes que hemos de rescatar nuestra querida nación.
“…Y tus templos, palacios y torres se derrumben con horrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo: de mil héroes la patria aquí fue.”