Accende
lumen sensibus, Infunde amorem cordibus, Infirma nostri corporis, Virtute
firmans perpeti.
(Enciende con tu luz nuestros sentidos, infunde tu
amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra frágil
carne.)
Solo vagos
recuerdos tengo de la fiesta de Pentecostés, de cuando era niño y servía en mi
parroquia, lo mejor que pudiera hacerlo, como monaguillo. Haciendo un gran
esfuerzo por abrir el baúl de los recuerdos, me viene a la memoria el color
rojo con el que revestíamos el altar, el ambón, algunas partes del Templo
parroquial, las mismas vestiduras del alto sacerdote que surgía impresionante
para celebrar el acto sublime de la Eucaristía, las lenguas de fuego que
algunos jóvenes hacían con cartón y pintura para engalanar el recinto, algunos
cantos con los que invocábamos al Santo Espíritu; en fin. Todo se disponía para
dar paso a la vigilia y renovar nuestro compromiso con Dios Espíritu Santo.
Aunque son
escasas las memorias de la infancia que hacen alusión al encuentro que he
tenido con el Dador de Vida, también he de decir que aún más atrás vino el
primer encuentro con Él. Fue el 15 de Agosto de 1982 cuando mis padres me
acercaban hacia la fuente de la vida eterna para recibir las aguas bautismales
y así dejar que el Espíritu Divino se posara sobre la fragilidad este humilde
siervo (entonces niño), en esa mismo
día mis padres también me acercarían ante el delegado del Obispo (Mons. Aureliano Tapia; que Dios le conceda
su santo reino) para recibir el Don de la Confirmación. Y esa misma fecha
pero de 2009 bajo la imposición de manos de mi entonces obispo, Francisco Card.
Robles, recibiera la efusión del Espíritu Santo para consagrarme al santo
servicio del Ministerio Sacerdotal. Este último sacramento me ha llevado a
poder actualizar constantemente la Confirmación.
Ahora bien
como cada año, las parroquias suelen terminar las fiestas de pascua con la
vigila de pentecostés, sin embargo este día es cuando, a mi juicio, renovamos
nuestro compromiso misionero; pues el día en que los apóstoles reunidos en
oración recibieron el Santo Espíritu, salieron a profetizar poniendo en práctica
cuantos dones el Señor les había otorgado; así como ellos nosotros también en
la confirmación recibimos los siete sagrados dones del Santo Espíritu, según reza
el obispo en la Oración sobre los confirmandos: “Espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de concejo y de
fortaleza, espíritu de ciencia, de piedad y de tu santo temor”; dones que nos capacitan
para ejercer la misión que el Señor nos ha encomendado.
Podemos decir
que Pentecostés no solo es un día de
Fiesta sino que siempre ha de ser Pentecostés; pues, vivir la Confirmación es vivir siempre en pentecostés con sus
multiformes dones. Estos mismos nos llevan hacia la Caridad fraterna como lo
expresaba el padre Rodo, en su interpretación sobre el don de lenguas. “El Espíritu habla en lenguas… pero no con palabras extrañas (aunque
podría ser) sino con las palabras de las obras… sus lenguas son tus obras, como
sabiamente han dicho los antiguos: la vida de los santos son el mejor
comentario a la Biblia. Tu vida es el verdadero modo en el que puede hablar el
Espíritu…” (http://rodolfoantonio.blogspot.mx/2011/06/el-don-de-lenguas.html).
El pasado domingo
de pentecostés al escuchar las alabanzas y oraciones del pueblo santo de Dios,
pude sentir la presencia del Espíritu que me decía: estos son los hombres que buscan a Dios. Fue entonces como una
serie de imágenes pasaban sobre mi mente, como si se ojera un álbum fotográfico,
recorriendo cada instante en que había disfrutado la presencia del Espíritu.
Hoy soy consciente
de que si realmente queremos que nuestra vida se llene de vida debemos de dejar
que ese torrente de agua pase por nosotros saneando todo a su paso, de manera
que renovados en el espíritu tengamos vida nueva; renovando nuestra
confirmación también nosotros seamos fuente de vida por donde pase el espíritu para
vivificar toda nuestra sociedad, nuestras amistades, ambientes sociales. Esa es
nuestra misión.
No vivamos pentecostés
solo como una fiesta sino que vivámoslo como un estilo de vida, pues el Espíritu
siempre esta pronto. Siempre demos testimonio, siempre vivamos la caridad,
siempre seamos testigos puesto que “siempre
es pentecostés”.
Algun dia me voy a piratear alguna de sus entadas xD saludos
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