Te está cantando el martillo, y rueda en tu honor la rueda. Puede que la luz no pueda librar del humo su brillo. ¡Qué sudoroso y sencillo te pones a mediodía, Dios de esta dura porfía de estar sin pausa creando, y verte necesitando del hombre más cada día!
Quien diga que Dios ha muerto que salga a la luz y vea si el mundo es o no tarea de un Dios que sigue despierto. Ya no es su sitio el desierto ni la montaña se esconde; decid, si preguntan dónde, que Dios está -sin mortaja- en donde un hombre trabaja y un corazón le responde.
Hoy pude disfrutar la ciudad en la que vivo. Con plena conciencia eleve mis oraciones y levante el pan y el vino convertidos en el sublime cuerpo de Jesús, para pedirle al Padre por mi ciudad: Monterrey. En ella crecí, jugué, estudié, conocí a mis amigos y algunos de estos llegaron a ser mis hermanos y mis hermanas. Puedo decir que Monterrey no solo me ha dado la oportunidad de hacer mi vida, sino que también me ha dado vida; vida al observar su gente trabajadora, tenaz y cariñosa y al contemplar en las montañas la caricia de un Dios que sigue despierto.
Hoy celebramos 415 años de la fundación de Monterrey. Acompañado de doce familias, Montemayor arribó lo que era el Nuevo Reino de León y fundó el 20 de septiembre de 1596 la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey. Hasta el día de hoy Monterrey ha ido transformándose en la gran urbe que hoy conocemos. Monterrey a dado hombres y mujeres que han buscado llevar el estado al progreso; Semper in acendis.

Creo que 415 años nos han ayudado a crecer, pero aun nos falta tomar en cuenta que Monterrey no solo es el cerro de la Silla o la Sierra Madre, sino es la gente que vive en ella, la que con su paso deja que esta ciudad crezca. El regio es y seguirá siendo el hombre de trabajo, de empuje, de metras a corto y largo plazo. El que en la carne asada encuentra la oportunidad de fraternizar con los demás,
Soy regio, estoy orgulloso de serlo, creo que los verdaderos regios reformaremos la ciudad que algunos han ido destruyendo; pues algo me queda claro que el regio busca fraternidad y la encuentra en el compartir su vida en el trabajo, escuela, amigos, familia, etc.
Otras muchas ciudades de la republica me gustan, Sahuayo, Morelia, México, Ptzcuaro, Guanajuato, pero creo que es Monterrey la ciudad en la que vivo: en la que hago vida.
A tiempo¡¡¡ Dejarías de ser Gerardo Delgado Martínez jajaja Un abrazo para ti, regio en el que no hay doblez.
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