Pero la pregunta inicial es ¿Qué es la Red? Y para responderla se
echará mano de los últimos cinco Mensajes del Papa Benedicto XVI para la
Jornada Mundial de las comunicaciones sociales (2009-2013). Aunque no solo se
trata de responder a esta pregunta, sino que también es necesario reflexionar
cual debe ser nuestra manera de experimentar y participar de La Red y, como cristianos
la manera en que podemos manifestar nuestra Fe en Cristo.
En primer lugar debemos entender en que
en las últimas décadas hemos sido testigos de un gran cambio; «en
efecto, las nuevas tecnologías digitales están provocando hondas
transformaciones en los modelos de comunicación y en las relaciones humanas». Por lo que no cabe duda que nos encontramos
ante una nueva generación: la generación digital.
Ciertamente La Red tiene muchos beneficios tales como investigar, comunicarnos
y entablar relaciones a una velocidad casi instantánea, trabajar, entre otros
tantos. Hoy en día las relaciones de este ciberespacio llegan a ser incluso de
amistad.
Pero el «anhelo de comunicación y de amistad no puede
comprenderse adecuadamente sólo como una respuesta a las innovaciones
tecnológicas»
sino también desde el punto de vista de Fe. Dios quiere hacer de toda la
humanidad una familia. Y para esto Benedicto XVI señalaba tres aspectos básicos
en esta nueva manera de hacer cultura: respeto ante la dignidad y el valor
de la humanidad, diálogo que esté basado en la verdad y en la honestidad entre
las diversidad de personas y pensamientos de este ciberespacio y, amistad
teniendo cuidado de no banalizar el concepto y la experiencia de este
valor, ante el nuevo auge de amistades on
line de las redes sociales; «pues los amigos deben sostenerse y animarse mutuamente para
desarrollar sus capacidades y talentos, y para poner éstos al servicio de la
comunidad humana».
Cuando hablamos de La red no
solo entendemos un medio de comunicación que podemos usar sino también una
manera en la que podemos experimentar nuestra convivencia y relaciones, díganse
de amistad, laborales, de búsqueda, etc. Entendida de esta manera Benedicto dice
que la era digital «debe ponerse al servicio
de del bien integral de la persona y de la humanidad entera»; y para esto
es necesario actuar con verdad y autenticidad de vida.
Un ejemplo concreto lo
tenemos en las redes sociales que cada vez más se convierten en parte del tejido social, en ellas, en
especial los jóvenes, se abren con entusiasmo y curiosidad a las
nuevas experiencias de vida. En ellas se crean y «establecen
nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene
de uno mismo». Por tal motivo
ante este nuevo modo de relacionarse debe tenerse presente la autenticidad del
propio ser y la calidad del propio actuar; pues «las redes sociales
muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica». El Papa apuntaba que hay que evitar los riesgos de «buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o
una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer
“amistades”, implica el desafío de ser auténticos,
fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el
propio “perfil” público».
La Red por tanto es un
espacio más en el cual nos comunicamos y vivimos día a día, los que allí
entramos. No sólo es un uso o una herramienta sino es un nuevo sector (digital) en el que podemos expresar y
compartir nuestra vida y nuestra Fe; donde la autenticidad y la verdad que
apuntaba el Papa es necesaria al igual que en el espacio físico. El envió del
Señor “vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio” (Mc 16,15) alcanza también
este mundo digital. Pues la Palabra de Dios debe «navegar
mar
adentro hacia las
numerosas encrucijadas que crea la tupida red de autopistas del ciberespacio». Donde el sacerdote debe ocuparse pastoralmente de este campo;
pero también cada cristiano está llamado a evangelizar este medio. Es necesario
que el fiel-cristiano que está presente en el ciberespacio se empeñe a vivir auténticamente
su Fe y comunicar el Evangelio también en el mundo digital.
«Comunicar
el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos
abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también
dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar
preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el
Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco
se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de
quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión,
el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su
esperanza (cf. 1 P 3,15).»
¿Qué
es la Red? La red no solo es un conjunto de cables
y ondas o equipos conectados como se pudiera pensar, ni tampoco es una sola
herramienta que solamente sirve para usarse, sino que puedo decir que La Red
es el lugar y las relaciones que hacemos en nuestro tiempo de una manera tal vez
no física sino digital, pero que esta es real y verdadera. Pues nosotros somos
los que la ocupamos, nosotros somos los que laboramos, nos comunicamos e
intercambiamos relaciones interpersonales en este ciberespacio. Y es en La Red
donde también debemos dar razón de nuestra Fe y de nuestra Esperanza en Cristo Jesús,
de manera autentica y verdadera. Pues tanto niños, jóvenes y adultos nos
corresponde «la
tarea de evangelizar este "continente digital"».
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Cfr. Mensajes de su Santidad
Benedicto XVI para las Jornadas de
las comunicaciones sociales XLIII-XLVII; (2009-2013).