Apenas entré y me quede pasmado de la emoción, se engrandecieron mis ojos
sobremanera, se inició un ligero temblor sobre mis piernas y fue entonces
cuando caí de rodillas, mi corazón estaba fijo en el misterio; me sentí
atrapado por su mirada. Al cabo de unos segundos me llego el pensamiento a mi
mente, era una frase que se repetía una y otra vez como si no quisiera
externarse para no perderla: ¡que hermosa es! Me decía a mí
mismo. Las lágrimas que refrescaban mi rostro no fueron suficientes para
enfriar la emoción de aquel momento.
Su tez morena en sus finísimos rasgos y su mirada cálida y amorosa hacia
mí, me dejo cautivo. A menos de un metro de distancia de mi hacía ella, se
despertaba una oleada de historia, de presencia, de fiesta y solemnidad que
aprisionaba a cuantos le observaban. El temor me dejo sin movimiento y mi
voluntad terminó por someterse a su presencia. Jamás había presenciado la
cercanía de una mujer tan bella como ella. Una mujer que con su sola presencia
puso en comunión a cuantos le miraban y que con sus palabras nos manifestaba la
seguridad y la confianza de caminar en la libertad. Así es nuestra Reina, así
es nuestra Madre.
Su mensaje no tiene dobles intenciones, no esconde nada, tampoco
manifestaba su poderío porque el mensaje solo nos refiere al que de verdad es
el Autor. Hoy viendo en nuestra patria a algunos de nuestros hermanos que
buscan el poder, solo veo eso: las ansias de poder; desde el que se
autoproclamo, hasta el que camino en la oscuridad. Solo promueven su propia
persona, su beneficio, jugando con la conciencia de la gente y haciéndole
olvidar su historia, creando falsas patrias. Pero nuestra Madre camina en la
comunión, dobla su rodilla indicando que no es ella, ni nosotros sino Él, por
quien vivimos; ¡Oh que gran humildad!
Ya casi quinientos años de caminar con nosotros y, de reunirnos en la
comunión entre nosotros mismos y para con su Hijo. Siembre con su mirada
maternal y el cálido cobijo de su manto. Sin importar si somos ricos o pobres,
blancos o negros. Así es nuestra madre, así hizo patria nuestra nación, sin
fraccionarla, sin partirla, sin corromperla, sin jugar con la conciencia y el
juicio nuestro. Ella es nuestra verdadera Madre Patria, la que nos une, la que
sale a nuestro encuentro, dejándonos al que es Libertad, el Camino, la Verdad y
el Amor.
Ese 21 de Agosto pude entrar al camerino donde se resguarda noche tras
noche la imagen preciosa plasmada en la tilma de aquel indio que en su libertad
busco hacer lo correcto. Con tan solo 4 minutos que pude estar frente a frente
con mi madre, sentí inmediatamente que sabía antes de que yo se lo dijera, como
varadera madre que es, todo lo que me preocupaba. Casi al final del último
minuto escuche el susurro de mi pensamiento que me recordaba su palabra: “No estoy yo aquí que soy tu Madre”.
Este 15 de septiembre, mi grito de Viva México, tendrá una connotación de
confianza en que la comunión de los mexicanos es posible. El Viva México será un verdadero grito de
humildad al negarme a escuchar falsas ideas disfrazadas de libertad y de
democracia. El Viva México será un Viva
nuestra Madre Patria la Virgen de Guadalupe en sus colores, en sus mensajes de
amor y en su hijos mexicanos. ¡Viva!